Un sonido lleno de luz y fuerza

Las Luz y Fuerza son un proyecto femenino que explorar distintos géneros musicales como la polka, la cumbia y los beats electrónicos para crear un sonido diferente cargado de mucho humor. Está compuesto  por Laura de Ita (Lucy Forz), su hermana Marina de Ita y Oceana Castañeda. Tres mujeres que cumplen cinco años juntas haciendo música. Es por eso que aprovechamos para platicar con ellas sobre el proyecto que han construido durante este último lustro.

RK: ¿Cuándo fue su primera tocada?

LLF: nuestro debut fue en febrero de 2014, en el 246, junto a Sonido Gallo Negro.

RK: Después de cinco años, llegan a mostrarnos su primer disco. ¿Por qué tardaron tanto tiempo?

LLF: fue porque en los últimos dos años, la alineación por fin encontró un sonido. Encontramos a los músicos adecuados para crear juntos. Estuvimos experimentando con muchos músicos invitados, algunos hueseros, otros con los que no hubo química por sus personalidades y sus tipos de música, hasta que por fin encontramos a los músicos ideales para componer juntos. Íbamos probando en las tocadas, con lo que funcionaba realmente y lo que no; si teníamos secuencias o no, pero poco a poco se fue descartando, porque la música en vivo siempre es mejor. Entonces, la prisa es del diablo. Hay bandas que llevan dos años y ya quieren su disco, ya quieren triunfar y los chavitos que se creen argentinos, músicos que de pronto quieren el disco, pues no. Creemos que hay que hacer las cosas poco a poco, no pasarse de tueste, a lo mejor nosotros nos pasamos cinco años, pero como hay que ir midiéndole el agua a los camotes, para que cuando uno quiera presentar algo, ya esté más segura la cosa. Conservamos una canción que grabamos en el 2015, con la alineación del principio, nos gustó el sonido y la produjo Gabriel López, guitarrista y líder del Sonido Gallo Negro,  es “La Cumbia del Poliamor”

 En los últimos dos años, la alineación por fin encontró un sonido. Encontramos a los músicos adecuados para crear juntos.

 


RK: ¿Qué tan fácil o difícil ha sido que un género como la cumbia llegue hacia un sector más alternativo como lo ha hecho Sonido Gallo Negro o Tropikal Forever ? ¿Qué tan complicado se les ha hecho a ustedes o cómo ven la escena?

LLF: realmente no estamos tocando como cumbia clásica, tradicional, estamos experimentando con mezclar muchas cosas como: pop, rock, como un poco de ska, un poco de disco electro; entonces como que es muy variado el sonido; realmente se ha hecho como un sonido un poco único. No suena a cumbia y muchos nos dicen que no suena a cumbia, pero sí suena bailable, suena prendido. Entonces, pues sí, encajamos en muchas escenas muy variadas. Hemos tocado con bandas de ska como Los de Abajo. Encajamos con un poco de todo. La gente está siempre muy prejuiciada, hay algunos periodistas musicales que nos han dicho: «¡Ay, no! Yo sólo oigo rock ¿Cómo que cumbia?» «Son de esas fresitas que ahora tocan cumbia, ¿de cuándo acá?» Pero ya nos oyen y dicen: «¡Ay, bueno!, sí está chido.»

RK:¿Cuál podríamos decir que es su influencia, entonces?

LLF: el IMS , Sonido Gallo Negro, las cosas que ha hecho Toy Selectah, Celso Piña, crecimos escuchando acetatos de Donna Summer; por eso nos gusta mezclar la cumbia con el disco y el funk. De chiquitas, nuestras abuelas nos ponían a Chico Che, Rigo Tovar, Los Ángeles Azules antes de ser famosos o hipsters y así. No es tan difícil, porque por suerte hay bandas que tocan la cumbia y todo, pero sí, sigue habiendo un prejuicio, o sea, muchos nos dicen es que no están en el Vive, porque en el Vive no quieren cumbia. Entonces, decimos bueno, pues escúchenos primero, porque no es que seamos cumbia, cumbia ¿no?

RK: ¿Por quién está producido el disco?

LLF:“La Cumbia del Poliamor” es un track producido por Gabriel López y por Memo Routs, pero ahora sí que nosotros nos aventuramos en el Estudio Piaget. Primero nos ayudó Niko, un productor, y finalmente nosotros lo auto produjimos, porque queríamos involucrarnos. Yo por ejemplo, voy a decir una locura, pero amo a Portishead, entonces en una cumbia medio triphopera que tenemos, yo dije – ¡Ay! Aquí estaría maravilloso meter unos trombones que sonaran medio tipo Portishead en orquesta. O en “El Cumbia Animal”, de pronto digo: ¡Ay! Quedaría más como tipo banda, como tipo Nortec o no sé que hiciéramos aquí unos trombones como tipo tuba y así. Entonces, para nuestro siguiente disco ojalá Toy Selectah nos pele, pero ahorita quisimos instrumentar mostrando lo que nosotros vamos encontrando en los ensayos, en las tocadas. Como ya tenemos tan ubicadas las rolas, pues fuimos metiendo más ideas que siempre habíamos pensado, pero no habíamos hecho.

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RK: Marina: ¿Por qué cambiar del balkan a la cumbia?

LLF: es un proyecto que teníamos Laura y yo como una promesa de que algún día íbamos a tener una banda. Desde chiquitas, jugábamos a que éramos Duran Duran, cuando veíamos los videos de MTV en los ochentas. Entonces, empezó como un juego de niñas, pero bajita la mano, siempre supimos que iba a pasar algún día. Entre tantas bandas estamos en la fusión porque no somos balcánicos, no somos de Macedonia, ni somos de la costa de Colombia, pero ahorita tenemos todas la influencias por todas la redes, entonces creo que todas la bandas experimentamos por todos lados, son entrecruzamientos por todos lados, por ejemplo “Luna Llena de Octubre” es una cumbia triphopera, la grabé con Polka [Madre] hace años en una versión mucho más triste, dark; la grabamos en Nueva York con los de Balkan Beat Box, ahora son las mismas melodías como arabescas, los mismos tipos de escalas, armónicas, húngaras que aplican aquí. Todo es una mescolanza. Somos como muy eclécticas.

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RK: A pesar de construir una trayectoria en cinco años ¿Qué tan difícil ha sido como mujeres, como género cumbia, experimentales, el relacionarse con otros personajes posicionados en el ámbito musical?

LLF: en verdad no lo ha sido, porque como que no somos tan pretenciosas. En realidad somos humildes y sabemos que los maestros son los maestros; los que llevan un camino. Nosotros pecamos luego de humildes porque llevamos cinco años y decimos que no es nada. Yo no acabo de entender dónde estamos, pero como que no pretendemos. Entonces, de alguna manera, llamamos la atención, o sea como que tratamos de ser auténticas. Siento que si eres auténtico, aunque suene chafa, no quieres copiar nada, no quieres sonar a algo, entonces, como que te van aceptando. De repente, cuando nos dijeron vengan a abrirle a Silverio y a Nortec, en Iztacalco, con la plaza llena, dices: «¡Güey! Nadie nos conoce, a ver si no nos avientan orines» o en el Zócalo «a ver si no nos avientan así un tacón» y, de pronto,  hay una conexión, jugamos y hacemos fiesta y como no pretendemos, nos han ido invitando maestros que ya llevan todo un camino.
RK:¿Cuáles son sus futuros planes?

LLF: hace unas tres semanas en Bajo Circuito, hubo un evento al que nos invitaron, les gustamos mucho a los australianos y canadienses. Entonces, se está trabajando todo para que el próximo año Las Luz y Fuerza lleguen a Australia. Nosotras estamos abiertas, tenemos la maleta hecha para irnos a donde nos llamen.

RK: ¿Qué enseñan Las Luz y Fuerza en sus letras?

LLF: en el disco hay mucho amor y desamor. Las experiencias amorosas que todos hemos tenido de bien y de mal. Hay un toque de humor en todo. Es un disco para divertirse, reír, llorar, bailar, por ejemplo “Qué fácil” es una canción parodia hacia las mujeres dolidas, con introducción dramática y con organito tipo Los Ángeles Negros o Los Terrícolas. El disco  deja diversión y mucha honestidad.

 

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