Fotos por Ale Servin
El pasado jueves 22 de agosto, la banda sueca Truckfighters visitó por primera vez la Ciudad de México, después de 18 años de carrera. La banda ha estado recorriendo el mundo en un tour que celebra los 15 años de la salida de su álbum debut: Gravity X. Aunque la fecha se cumple el próximo año eso no impide que podamos festejar desde antes.
La cita fue en Sala Puebla, en una noche no apta para oídos débiles; dos bandas invitadas de la escena fuzzera nacional y James Leg, prepararon la noche para la llegada de esos «peleadores de camiones”.
Saturno Grooves fueron los encargados de calentar los bulbos de los amps. Un stoner bastante ortodoxo y varios detalles de ejecución que evidenciaban lo juvenil de su carrera, dejaron el escenario para Vinnum Sabbathi, banda ya con cierto renombre de la CDMX y que ratificaron que saben tocar riffs lentos, llenos de todo el peso del desierto en cada golpe de batería.
Tocó el turno de James Leg, músico estadounidense cuya alineación consta de sólo un baterista y él haciéndose cargo de las líneas de bajo con una mano en un órgano y las partes más armónicas con la otra mano en un piano eléctrico. Cada instrumento esta conectado a un amplificador de bajo y guitarra respectivamente, lo cual le da un toque muy peculiar al sonido.
El texano dio una cátedra de rock ‘n’ roll desde su asiento y demostró que las guitarras están sobre valoradas, el rock es más una cuestión de actitud y el poder viene de la relación entre el corazón y los dedos, no una cuestión de pedales de distorsión.
Para cerrar la noche y como la razón que nos hizo a todos asistir esa noche, Truckfighters subió al escenario para presentarnos el disco Gravity X (2005) que se ha estado tocando de “fin a principio”; no lo escribimos mal, se ha estado tocando en orden inverso al listado original.
Este orden brinda una nueva experiencia al escuchar las canciones, otorga de nuevo significado a cada pieza y todo parece encajar de una manera mucho más natural, hasta acabar en el crescendo que es “Desert Cruiser” y como cereza del pastel, la energía que le imprimen los suecos en vivo es un golpe en la cara para los asistentes a los conciertos de esta gira.
Al terminar de ejecutar el álbum completo, los músicos abandonaron el escenario para regresar en el tradicional encore, nos regalaron tres piezas más, entre ellas una muy especial por su título. “México” fue el as bajo la manga que sacaron para sorprender a los fans que no descansaron ni un momento del show.
