Fotos: Alejandro Servín
21:33 horas se apagan las luces, y Diego Herrera y Alfonso André salen al fondo para tocar un fondo que sirva como telón de fondo para que salgan los compañeros, y abrir con un Antes de que nos olviden con un cielo estrellado si volteas hacia arriba, y unas imágenes de Tlatelolco y Ayotzinapa, si volteabas hacia las imágenes en el escenario. Así empezaba el concierto de Caifanes en el Palacio de los Deportes, y al seguir con «Hasta Morir» y «Nada» con unas citas de Juan Rulfo, comprobaban por qué a décadas de distancia, siguen siendo probablemente la banda más importante que ha dado México.
Y es que basta ver que la mitad completa de «La Célula que explota» la canta el público al unísono, que Saúl, fiel a la tradición dice: “gracia, Raza, el aplauso es para ti”, para saber que estamos en casa, con nuestros Caifanes, que siguieron con «Viento», en donde Diego hizo un solo de sax impresionante, para dar paso a Sabo Romo presentando «Aquí no pasa nada», en donde se equivocó de disco, pero lejos de ser criticable, se entiende en alguien que tiene tanto bagaje, tanta música, tanto rock.
Seguir con «Nubes», «Para que no digas que no pienso en ti», y «Sombras de tiempos perdidos», Saúl diciendo que le hizo llorar una espectadora llorando al cantarla, pidiendo un aplauso para las bandas, independientes… diciendo:
“Todo es posible, todo se logra”…
Y es que se logra incluso canciones que no me parecen tan, tan buenas como «Heridos», pero que al final, tampoco es que pudiera yo hacer una mejor, pero cuando eres Caifanes, puedes seguir con algo como «Cuéntame tu vida», y menos aún podría hacerlo yo. Aún insistan con la versión no tan buena de «Ayer me dijo un ave», y que no nos guste a muchos, siempre pueden regresar con «No dejes que» y volver a incendiar el sitio.
Con textos de fondo de Jorge Luis Borges, seguían con «Los Dioses Ocultos», «Detrás de ti», «Miércoles de ceniza», «De noche todos los gatos son pardos», «Aviéntame», y «Perdí mi ojo de venado» con un solo de André, pero sobre todo, con un solo de Saúl que evidencia que le ha estado poniendo muchísima atención a su ejecución en la guitarra.
Llega Aquí no es así con una atinadísima cita, porque hay algunas cosas:
“Hay aire y sol, hay nubes.
Allá arriba un cielo azul y detrás de él tal vez haya canciones;
tal vez mejores voces…Hay esperanza, en suma.
Hay esperanza para nosotros, contra nuestro pesar.”
—Juan Rulfo—
Y sí, faltaba todavía ver esa hermosa presentación de un caifán presentando al siguiente, con muestra del pleno compañerismo, del pleno apogeo y sobre todo, de que los Caifanes siguen en ese lugar abarrotando sitios porque lo merecen, sobre todo cuando se van diciendo «Nos vamos juntos».