Por: Dora Méndez y Martín Vargas
Fotografías: Emilio Sandoval y Erick Saldívar
En el segundo día de actividades en el Vive Latino la temperatura fue más inclemente; un notable designio de la primavera y su próxima llegada. Pero eso no impidió que la gente llegara desde temprano.
Las actividades en el Escenario Indio comenzaron con The Cavernarios, banda de surf que con su música invitaba a todos los presentes a bailar al ritmo de su estilo. El ambiente era ideal, con un sol tan brillante que en unión con la música nos transportaban a la playa. Desde los fans hasta las personas que apenas los veían por primera vez, todos disfrutaban del show. Lo que más sobresalía eran las máscaras que algunos de los seguidores de la banda portaban.
Quizá haya sido por la hora, pues poco a poco el público (que no era mucho) se concentró en el escenario Indio Pilsner Plata para ver a Mexican Dubwiser. Morenito de Fuego formó parte en esta alineación. Uno de los invitados más aclamados fue Randy, de Molotov.
En el Escenario Indio, Antidoping ya se encontraba invadiendo el festival de reggae. Desde las gradas se podía ver el contraste de colores, verde, rojo y amarillo eran los que predominaban. Como es costumbre de la banda, el show tuvo algunos tintes políticos, dedicaciones a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, claro; además de música y amor.
Más tarde, LNG-SHT se disponía para romper el escenario con su presentación en la Carpa Doritos, la cual ya estaba abarrotada. Con un buen ritmo, un público agradecido que lo mostraba brincando y cantando a todo pulmón.
Sin mayores miramientos, La Sonora Santanera inició su presentación con un invitado: Roco Pachukote de la Maldita Vecindad y con un tema nada desconocido para los presentes: «La Boa». La segunda invitada fue Julieta Venegas interpretó «El ladrón». El momento cumbre fue la aparición de Paquita la del Barrio en el escenario para interpretar, inesperadamente, «Rata de dos Patas».
Chingadazo de Kung Fu, hacía su aparición; se notaba que su primer Vive Latino dejaba llenas todas las expectativas, tanto del público como de ellos. La emoción no se podía ocultar. Para esta ocasión tan especial se hicieron acompañar de grandes amigos; Pepe de Sputnik, Aldo y Negri de Tungas, LNG-SHT y Luis Cortés de Tolidos. El público se volvió loco aunque fueron pocos lo que se dejaron llevar por el slam que se estaban formando
Una misma canción en dos dimensiones, «Mil Horas», que fuera interpretada por La Santanera, también lo fue por una de las bandas argentinas más conocidas en México; Enanitos Verdes concentraba a un público impaciente en el escenario Indio. Pero antes, Marciano Cantero invitaba al público a formar parte de la «La Muralla Verde», una canción esperada. «Luz de Día» provocó gritos y un beso en las parejas. Otro gran momento fue la interpretación de «Tu Cárcel», así como el coro al unísono de «Guitarras Blancas» y la obligada «Lamento Boliviano», con la que se despidieron de su tercer Vive Latino.
Brujería demostró por qué son uno de los principales exponentes de metal en nuestro país. Los fieles fans se reunieron para hacer explotar el escenario, las protestas de índole político no pudieron faltar e incluso una piñata de Trump hizo aparición, la banda la aventó hacía el público y todos se encargaron de destrozarla.
El señor Javier Corcobado se adueñó del escenario, fans de todas las edades se reunieron para disfrutar de su melancolía. “Carta al cielo”, sacó más de una lágrima entre los presentes. Con cigarro en mano y la otra en el micrófono lleno a todos con su sentimiento, siendo el responsable de más de un recuerdo. Así Corcobado siguió conquistando a su público mexicano.
Cuando Mon Laferte salió al escenario la gente enloqueció. En su imponente y hermosa figura, ahora de blanco. La misma euforia que se vivió en su firma de autógrafos, pero multiplicada por mil. Los primeros temas fueron los obligados: «Tormento», «Si Tú Me Quisieras» (con su esperado final sin censura) y «Amor Completo». «Amárrame» fue interpretada de la misma manera en que fue grabada, es decir, con la participación de Juanes, esto provocó un baile fugaz entre el público. El final fue la más esperada de todas: «Tu Falta de Querer».
Para la banda española Hombres G, el espacio en el público era cada vez era más apretado. Conforme los minutos pasaban los gritos subían de intensidad, los gritos cada vez se escuchaba más alto y la emoción estaba flor de piel. “El Ataque de las Chicas de Cocodrilo”, “Suéltate el pelo”, “Visite Nuestro Bar”, “Marta Tiene un Marcapasos”, “Devuélveme a Mi Chica”, fueron algunas de las canciones que pudimos disfrutar en vivo. Amor, nostalgia, felicidad y tristeza fueron parte de esta mágica noche, que algunos disfrutaron con lágrimas en los ojos.
Con un notable retraso, Marky Ramone el único integrante con vida de The Ramones se presentó. Los gritos no cesaron con las palabras de bienvenida: las canciones que interpretarían estaban completamente dedicadas a la más grande y reciente pérdida de la música: Chuck Berry.
Mientras tanto, Julieta Venegas cautivó al público con los temas que ha cosechado a lo largo de su carrera. Luego de haber sido invitada de La Sonora Santanera, la cantautora interpretó grandes canciones que fueron coreadas al unísono por sus fieles seguidores, entre ellas «Andar Conmigo» y «Eres Para Mí»:
Zoé, uno de los actos más esperados, no defraudó a nadie y supero expectativas. La magia estaba en el aire, era como un viaje en el tiempo, desde el presente al pasado. León Larregui y compañía generaron sensaciones inexplicables que solo la música y los buenos recuerdos pueden darnos. Sin duda “Vinyl”, “Miel”, “Love” con el intro de «Triste Sister» y “Soñé” fueron las que el público más aplaudió. Con un Foro Sol a reventar, así Zoé festejó sus primeros 20 años juntos haciendo músico.
Todos los fanáticos del punk, sin duda esperaban con gran expectativa la aparición de Rancid en el escenario. “East Bay Night”, “Salvation”, “The Bottle” y “Honow Is All We Know” fueron algunas de las canciones que pudimos disfrutar. Pero sin duda, el mejor momento llegó al final con “Time Bomb”, “la canción que cambió sus vidas”. Tim Armstrong y compañía lograron saldar la cuenta que tenía pendiente con el público mexicanos, generando así sentimientos encontrados de una noche que tal vez se vuelva a repetir en mucho tiempo.
No sé si en verdad escucharlos represente tal sensación en dicha parte del cuerpo, pero Dolores de Huevos sí es euforia, caos y entrega. «Aquí dice que soy músico… yo no estudié música», lanzó Manuel Ávila, vocalista y guitarrista de la banda; quizá como amenaza, quizá como advertencia. No obstante, no existió el slam que la música de este tipo y calibre exige.
La Barranca es una de esas leyendas musicales que no ha sabido sucumbir ante el tiempo. Con un ligero retraso, Alfonso André y compañía se presentaron a un público relativamente reducido, pero conocedor de su trayectoria. La Barranca es una banda de culto en toda la extensión de la palabra. Hay fuerza y misticismo en su interpretación.
El Cuarteto de Nos arribó desde Uruguay con gran y peculiar estilo. Con un público que cada vez se fue haciendo más grande, esta noche los paraguayos regresaban a uno de los escenarios más grandes dentro del festival. ¿Qué podíamos esperar? Todo y más que eso. «Miguel gritar», «Mírenme», «Roberto» y «Ya No Sé Qué Hacer Conmigo», fueron parte del repertorio que pudimos disfrutar.
Un pequeño grupo de personas estaba listo para ver a Moonspell, quienes directo de Portugal destrozaron el escenario. Fernando Ribeiro, con un español casi casi perfecto, no se detenía ni un instante para expresar su agradecimiento a todos los fans que decidieron quedarse sólo por ellos. Y así como lo dijo Ribeiro hicieron la noche suya con un espectacular cierre que dejó a todos con ganas de más.
Justice, por su parte, es —y fue— la mejor manera de terminar un festival como el Vive Latino. El dúo francés se apoderó del escenario principal y prescindió de una gran cantidad de luces y las pantallas simultáneas para ejecutar su set. Los asistentes que aún quedaban no dudaron en bailar durante todo el show, el último y uno de los más esperados actos en este festival. Nadie como ellos dominó y uso a su favor la luz.
Y así termina una edición más del Vive Latino, ahora con más apertura a otros géneros musicales, con el reconocimiento de un legado para grandes exponentes de la música en español y gratas sorpresas ¡Nos vemos el próximo año!