Es bueno saber que bandas como Melvins siguen vigentes en la escena. Una de esos proyectos que un día normal, sin planearlo, pueden ponerse a tocar lo que sea, como sea y lo harán un material discográfico, pues es la esencia del grupo y siempre terminan convirtiéndolo en una obra bizarra.

Bajo el sello de Ipecac Recordings este álbum vio la luz el pasado mes de abril, con una muy corta duración de apenas casi 40 minutos. En lo musical escucharemos dos bajos muy bien aplicados por parte de Steve McDonald y Jeff Pinkus, en un segundo plano la guitarra y voz de King Buzzo, quien no participa, vocalmente, en todas las canciones y desde luego los sonidos en la batería, guitarra y piano del señor Dale Crover. La portada, como suele ser, muestra un arte entre bizarro y divertido con lo que parce ser un perro con chaleco y gorro de fiesta, en su hocico lleva un dedo de mujer; el álbum llegó en formato físico (cd) y en plataformas digitales.

En pleno 2018 Buzzo y Crover lo volvieron a hacer, juntarse, tocar algo y grabarlo, divirtiéndose en lo que hacen, pues de eso consta la música y lo han llevado a cabo para realizar algo llamado Pinkus Abortion Technician, un increíble trabajo que sigue manteniendo a la banda en un lugar privilegiado, que si bien es cierto que hace tiempo que lo han logrado pero es muy difícil mantenerse ahí, Melvins ha sabido sobrellevarlo y a su estilo en estas época, siguen dando de qué hablar.

En conclusión es un disco que combina diversión, alucinación y muchas bizarradas, de principio a fin, algo muy interesante que podemos tal vez comparar con aquel (A) Senile Animal  del 2006, solo por compararlo con algo muy similar a lo que en este 2018 los épicos Melvins traen a nuestros sentidos.