Por Daniel Dabid @raniel6
Bajo un corto tracklist de solamente ocho piezas, la décima producción de GusGus bien podría ser dividido en dos partes iguales. La primera con cuatro tracks hechos para sonar directamente en las pistas de baile de algún club,y las restantes que bien podrían ser disfrutadas en un entorno más personal y hasta analítico, y también viceversa.
Y es que desde la primera pieza, «Featherlight», el sintetizador se apodera del tema y lo convierte en un tema bailable, y además es adornada de manera tenue por la voz de Daniel August quien suele acompañar a la banda en discos y presentaciones.
Esta misma canción fue anunciada como carta de presentación de este disco desde mediados del 2017, y también fue elegida por el dúo, para dar inicio a los conciertos de la gira subsecuente.
Del primer sencillo de esta placa, se desprende un EP con remixes que anticiparon el trabajo de este dúo y que incluye diversos mixes y reversiones del tema.
Es en el tercer y cuarto tema donde la producción toma fuerza, y se eleva para entregar pistas consistentes y llenas de energía. Vale la pena hacer una pausa para enfatizar lo que logran los islandeses con la cuarta canción: «Lifetime», que roba la atención en la duración total del track, rememorando sonidos house y disco.
La segunda parte del disco se presenta un poco más oscura o cósmica, y es donde vienen a la mente sonidos kraut como si se tratase de Kraftwerk o hasta Depeche Mode. Con una dualidad que lleva a bailar o a lograr temas con un carácter más relajado y hasta apreciativos.
La pista seis, es la pieza que da nombre a este disco, «Lies Are More Flexible», que logra llevar al éxtasis en esta segunda parte del disco, y que rememora de buen modo un sonido synth-pop bailable y característico de los años 80.
Con este disco GusGus, aspira a llegarte en dos momentos distintos de tu día o de tu noche. Bailar sin parar o simplemente gozar mientras le mientes a tu cuerpo dándole lo que no quiere escuchar y también viceversa.
