Mi primera expresión se resumía a Chaz Bear como uno de los exponentes más sobresalientes en la actual escena de la electrónica contemporánea. Ya sé, muy jalado. Lejos de ello, encontramos que este 2019, Toro y Moi, regresa más cómodo y ligero con Outer Peace, su sexto material de estudio.
Parecía posible que Chaz Bear se estuviera quedando sin nuevas formas de hacer que su música habitualmente relajada se acelerara. Ya había hecho girar su sonido en aparentemente todas las permutaciones posibles, desde sampleos de lo-fi, hasta la discoteca instrumental y el indie rock aplastado por la guitarra y viceversa.
En Boo Boo, con los tempos hundiéndose como una bolsa de papel mojada, sus habilidades de producción con frecuencia superaban sus habilidades para componer canciones, pero en Outer Peace , los sonidos de Bear se revitalizan: alentados por una interpretación refinada de los tipos de música de baile con los que ha tocado ocasionalmente, sus sonidos tan recostados y atrevidos llaman la atención.
Es el álbum de Toro y Moi más inteligente diseñado desde 2011 Underneath the Pine, trayendo la experiencia de Bear y la delicadeza del estudio en algunas de las canciones más pegajosas de su catálogo.
La producción es cómodamente de alta fidelidad, no es costosa en alta definición ni se distorsiona de manera autoconsciente o está distorsionada, pero suena sorprendente en los audífonos o en los buenos parlantes. El raro ejemplo de indie dance cuyo diseño de sonido podría competir contra la mayoría adecuada «música de baile». Hará que cualquier viaje en automóvil sea aproximadamente un 200% más agradable.
La brillantez de Toro y Moi es hacer que el mero acto de supervivencia parezca muy divertido. En un movimiento típico de holgazanes, Bear usa las apuestas bajas, un álbum de mitad de carrera de un artista muy identificado con un momento cultural que retrocede rápidamente en la vista trasera, bajo su manga.
