Thundercat, también conocido como Ron Bruner, es un músico estadounidense que en algún momento, a principios de la década del 2000, formó parte de la alineación de la banda trashera Suicidal Tendencies, como bajista. Desde ese momento hasta ahora, ha entregado cuatro discos con su firma en solitario.
Este año nos presentó su cuarto material titulado It is what it is, 20 temas repletos de colaboradores y músicos que ya los quisiera Luis Miguel para dominguear. El disco tiene las labores de producción a cargo del mismo Thundercat y Flying Lotus, proyecto con quien ha mantenido una estrecha relación desde hace tiempo, pues Bruner mismo ha fungido como productor para el loto volador.
El álbum comienza de manera sólida, la primer pieza, “Lost in space / Great Scott / 22-26”, es una buena introducción, a manera de seducción sutil. “Interestellar Love”, “I love Louis Cole” y “Black qualls” son las joyas de esta obra, pues son canciones redondas, asertivas y contundentes. Después de estos saltos de emoción podríamos decir que todo es cuesta abajo.
Es imperativo reiterar que la producción y la calidad del trabajo presentado por Bruner es excelente en todo momento y todo está capturado de una manera exquisita, pero las canciones comienzan a perder relevancia, pierdes el interés y pasa todo muy rápido entre nubes de melodías jazzeras y tonadas empapadas de rhythm & blues.
It is what it is es un álbum bastante ‘fácil de escuchar’, pero que no termina de atrapar el corazón, se vuelve difuso, efímero y simple. Las piezas carecen de fuerza y diera la impresión de ser un disco que no habla de nada. Entendemos que la música del estadounidense siempre tiene una carga emocional importante, incluso es muy personal y sus letras tocan incluso temas como la muerte de Mac Miller, pero en esta ocasión, no logra conectar con el escucha y todo se pierde en un camino pavimentado de buenas intenciones.
Es cierto, que su música se dirige a un público específico y está muy bien direccionada. Pero como escucha casual de su música o como alguien no asiduo a su estilo, resulta similar a poner la estación de ‘lo-fi hip-hop’ en YouTube a manera de música de fondo para leer o realizar otras actividades.
Para nada se dice que sea un mal disco, o que resulte desagradable acercarse a él. Lo que se dice es que el escucharlo no cambiará tu forma de ver el mundo y no hay nada más triste que arte que no te transforme después de haber estado en contacto con él.