¿Adiós IMER? La radio pública se queda sin voces por restricciones presupuestales

Estamos en vísperas de que se cumpla un año del día en que millones de mexicanos eligieron, a través del voto, uno de los cambios políticos más drásticos que ha vivido el país en las últimas décadas. Para bien o para mal, acordemos o no, México se está moviendo.

Sin embargo, no podemos ser ciegos ante algo que evidentemente no está bien y que repercute en gran medida en el sector sobre el que Revista Kuadro fue concebida: la cultura.

Recientemente, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) anunció la salida de emisoras del aire frente a las restricciones presupuestales que enfrenta. Además,más de 240 trabajadores serán despedidos, lo cual deja inoperante a este gran brazo de los medios públicos mexicanos.

 

Tal es el caso de Reactor 105.7, estación que confirmó la salida de sus locutores, por lo que a partir del 1 de julio programará únicamente música continua. La medida se debe a que no hay presupuesto para pagar los sueldos de trabajadores freelance y honorarios que laboran en el IMER, quienes representan una gran porción para el exitoso funcionamiento del mismo. Otro de los afectados será Covertitlan; el programa de Horizonte Jazz dedicado a difundir las diferentes facetas de la música también dejará de salir al aire. Asimismo, se pierden espacios informativos del IMER y Sistema Nacional de Noticiarios que son tan necesarios para el contexto político y social que actualmente se vive en México.  

Además de los principales medios de comunicación de nuestro país, espacios como Sopitas, Indie Rocks!, Ibero 90.9 se han mostrado descontentos por lo que sucede, en ese sentido, Revista Kuadro también lamenta la pérdida de espacios culturales e informativos en el país, porque lejos de que seamos competidores entre nosotros, representamos una diversidad innegablemente necesaria para garantizar el derecho de las personas a la cultura y la educación.

 

   

Es precisamente la radio pública, el medio más comprometido con la pluralidad, porque a diferencia de lo que puede pensarse, su fin no es ser un vocero gubernamental, sino garantizar que la ciudadanía tenga acceso a una diversidad de contenidos y voces que garanticen una verdadera democracia en el país. Con el debilitamiento de la radio pública, los más afectados no son ni el gobierno, ni el IMER, ni sus trabajadores, sino la ciudadanía que pierde un espacio en el que ella lleva la batuta de lo que quiere y necesita escuchar.

En ese sentido, son los ciudadanos, y ni siquiera el mismo medio, quienes deben exigir su derecho a la cultura y la información.   La tan mencionada cuarta transformación del país no puede prescindir de la cultura en su proceso, bajo el riesgo de que sea una transformación en perjurio de la sociedad mexicana. Esperemos que pronto no sólo acaben los golpes contra el sistema cultural, sino que se fortalezca un sector que lleva años en decadencia y que es indispensable para el desarrollo integral de México y, sobre todo, de los mexicanos.

 


 


#IMER_SOS

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