Cuando escucho alguna canción de esta banda argentina, siento como si estuviera en una vieja cantina o en algún “speakeasy” en Buenos Aires tomando fernet hasta el amanecer o al menos hasta que los Espíritus comiencen con su ritual.  

La banda de rock liderada por Maxi Prietto se ha convertido en un imperdible del indie en español. Desde el 2017 hechizaron a muchos con su “Aguardiente”, un álbum con ritmos clásicos de rock que no pierde ese toque envolvente de blues psicodélico que caracteriza el sonido de Los Espíritus. 

“Caldero”, es el cuarto disco de estudio grabado, producido y mezclado por la banda en el Estudio Plasma ubicado en Buenos Aires. Mediante ocho canciones, en este álbum Maxi Prietto, Miguel Mactas, Martín Ferbat y Pipe Correa nos regalan un viaje de blues, psicodelia, rock y ritmos latinos acompañados de diversos mátices y géneros, sin dejar atrás la interpretación narrativa al estilo de Prietto. 

Con la voz aguardentosa y característica de Maxxi, Los Espíritus nos dan la bienvenida a Caldero con “Motivos», una de las canciones más notables del disco, una rola bastante real que genera una atmósfera de decepción, que recuerda en cada verso  que todo tiene un motivo como mensaje de esperanzador. 

Sin duda, el guitarrista  Omara Bombino Moctar le da un toque especial al álbum con sus riffs a la segunda canción, “El Árbol de los Venenos». Canción que hipnotiza con su sonido pero al mismo tiempo nos hace querer bailar con sus ritmos latinos. 

“La fiesta sigue hasta el final”, con esta frase abre la pista de baile la tercera canción de este álbum, “Cigarros y Tragos”, una combinación de guitarras rítmicas y letras honestas que suceden por la noche en algún arrabal. Por su parte, “Semillas de Luz”, es una balada corta con líricas esperanzadoras. Posee sonidos más suaves cuyos riffs de guitarra nos hacen recordar a Soda Stereo.

Por su parte, el quinto track del disco, “El Servidor”, juega un poco más con el groove y el blues, así como con las líricas de la canción. “Destino” y “Plegarias”, son las canciones más rockeras del álbum que nos llevan de regreso a los setentas a través de riffs  que evocan al gran Santana. La última pócima de este Caldero es “Ola Blanca”, una combinación de percusiones y guitarras psicodélicas que nos llevan al final de este álbum. 

La evolución y el crecimiento musical que han tenido Los Espíritus a lo largo del tiempo, se ve reflejado en este disco. ¡Anímate y escúchalo!