Queridos, ¿cómo están?
El domingo pasado se celebró el día del padre y nuestras redes sociales estuvieron atiborradas de mensajes de los cuales les aseguro que el 90% no le llegaron a papá, PORQUE NO TIENE FB O CUENTA EN TWITTER.
Y por si todavía no se hartaban del tema, mi columna de la semana los va a terminar de chingar (pero bonito pues).
En mi experiencia de vida, yo nunca he sabido lo que es vivir con un papá, pues mis papis se separaron desde que yo era muy chiquita —para los que me conocen físicamente, sí, era más chiquita, tierna y adorable— y nunca conviví con mi papá biológico.
Ayer fui a casa de mamá a buscar algunas fotos de él y pues intentar recordar como era o que le gustaba hacer, sin embargo me di cuenta de que desde que tengo uso de razón en mis momentos importantes —y los no tan importantes— siempre ha estado alguien más, alguien a quien con mucho orgullo y cariño llamo papá.
Él me enseñó a patinar, me compró mis primeros zapatos de baile y dejó que comiera todo el helado que quise dentro de su auto.
Como todas las relaciones hemos tenido nuestros momentos de odio y tristeza, pero aún así no cambiaría nada de lo que he vivido con él.
Si bien creo que todos los papás del mundo merecen su reconocimiento, los que se llevan todos los premios del universo son aquellos que no hacen diferencia entre un hijo de sangre y uno que ellos decidieron adoptar.
Me siento una persona privilegiada pues a mi alrededor he tenido tíos que me han tratado como su hija, pero definitivamente no se compara al cariño y atención que me ha dado papá.
No les mentiré al escribir estas palabras se me hizo un nudito en la garganta, pues una parte de mi daría lo que fuera por un día con mi papá biológico, pero la vida es así y he aprendido a apreciar lo que tengo y no añorar lo que nunca estuvo.
Felicidades a todos aquellos que acaban de ser papás o que están en la espera de serlo, espero que cada segundo de sus vidas estén llenos de amor y muchas experiencias increíbles con sus hijos, ¡VALÓRENLAS!
Felicidades a aquellas personas que a pesar de ya no tener a papá cerca, lo festejan todos los días.
Por último, mamitas ardillas, si el papá de tu hijo es una mierda, no es culpa de tu hijo, fue tu culpa por meterte con cualquiera. Quiere a tu crío y respeta su decisión de querer a su padre.
Por cierto, él es mi papá y si lo ven en la calle felicítenlo.