Zahara y el difícil proceso de liberar sus fantasmas para ser ella misma y hablar por todas las mujeres

Fotos: Facebook Oficial Zahara

En 2009, la cantante española Zahara inició su carrera musical con su disco La Fabulosa Historia De… mostrando un pop suave, acústico, que nos hizo soñar y ponernos melancólicos, al mismo tiempo de que nos enamoramos de su imagen joven e inocente. Sus canciones poco a poco se fueron volviendo más enérgicas y con fuertes toques de rock, que contrastaron con una voz dulce. Así se mantuvo diez años hasta que empezó la pandemia que ya todos conocemos y azotó a su país, pues en el periodo más difícil cuando todos estábamos obligados a estar encerrados y todo afuera parecía muerto, algo despertó en la cabeza de Zahara, algo que la obligaría a componer un disco que rompería todos los esquemas puestos hasta ese entonces. 

Llegó la depresión acompañada de una fuerte reflexión sobre lo que había sido su vida hasta ese entonces y todos los traumas y fantasmas de su niñez y adolescencia que aún la molestaban, y fue cuando decidió hacer algo con ellos. En terapia, Zahara vivió un proceso sanador y liberador que trajo recuerdos de bullying, abuso y acoso, y se sintió lista para plasmarlos a lo largo de las 11 canciones que conforman PUTA, su más reciente disco. “Puta”, era como la llamaban en la escuela, cuando ella no entendía por qué recibía ese tipo de agresiones y se preguntaba qué valía como persona si la llamaban así. 

Durante todos los años atrás de su vida, Zahara había tratado de ser alguien más, de encubrir lo que le dolía y de satisfacer a otras personas, y este trabajo muestra ahora la madurez inigualable de una mujer que perdió el miedo a ser transparente y que ahora es madre, y que por lo tanto tiene un impulso de querer mejorar el mundo para su hijo. Este álbum es mucho más oscuro que sus producciones anteriores y con mucha electrónica. En una maravillosa entrevista, la española que ahora se perfila como uno de los talentos pop más destacados de España, nos desglosó toda la historia de PUTA y del por qué se siente tan feliz con el resultado. Todo el malestar expresado ya no es de ella, sino del escucha. 

«berlin u5» es el track de descanso del álbum, pues está inspirada en la escena de clubes de Berlín y fue hecha sólo para bailar

RK: ¿Cómo has percibido el proceso evolutivo de tu música?

Zahara: Hay algo curioso que observo, que de un disco para otro siempre ha habido pequeños saltos, pero sobre todo en el último,  y de todo eso hay una cosa en común: que al final uso la música para expresarme y para ser yo misma. La música es un refugio en el que era feliz y entonces el que mis producciones pasadas sean más nice responde a eso, a que yo era una persona más nice y ocultaba de forma evidente los problemas que tenía. Ahora me he ido quitando con los años el pudor a que se sepa de lo que hablo en verdad. En Santa o Astronauta había algo que me obligaba a ocultar ciertas cosas, le ocultaba a los demás mis problemas, pero en este disco ya hay una apertura y necesidad de mostrar lo que he vivido.

RK: ¿Cómo fue el momento en que decides hablar de todo esto?

Zahara: El confinamiento fue decisivo, ya tenía intención de hacer un disco que se llamara PUTA y que hablara de la vida de las mujeres, tenía en mente algo más global y no tan personal, pero mientras escribía y le contaba las ideas a mi productor, él me decía que estaba contando lo que yo también he vivido, él siempre me alentaba pero no fue una decisión, sino que cuando llegó este virus y empezó el confinamiento total en España, yo me deprimí y el punto de inflexión viene después de un año yendo a terapia y analizando la historia de mi vida, por lo que cuando empiezo a hacer canciones lo que me sale es hablar de mi vida y usar la música como un catalizador para sacar todo. 

Yo creo que el encierro nos puso a todos frente a nosotros mismos y a aguantarnos cada día, nuestra vida se fue como la conocíamos y no salíamos ni podíamos tocar, ni ver a nuestros seres queridos, había que llevar mascarillas, no había conciertos, y a quien teníamos era sólo a nosotros mismos. Lo que nos ayudaba a escapar o evadir nuestra realidad ya no existía y pues te levantabas cada día contigo, entonces una mañana fue de decir “bueno, aquí estoy, no me soporto otro día más”.

RK: ¿Cómo fue el proceso de encajar todas las letras que más bien son como monólogos que recitas en las melodías?

Zahara: Pues para mi ha sido decisivo esto porque yo era una persona muy presa de la estructura, tampoco es que sea de rimar pero tenia estructuras de estrofa muy clásica, y este disco fue una liberación, pues pensé en “tengo que decir esto pero si no tiene melodía y no puedo cantarlo, entonces lo voy a narrar porque no puedo decirlo de otra forma”, y para mi liberarme de la melodía en ciertos momentos fue muy significativo y placentero porque descubrí que todo cabe y eso fue mágico, que toda expresión de mi voz funciona y puedo gritar, susurrar, recitar y experimentar con cosas que nunca antes. 

«Merichane» es el apodo que Zahara recibía en la escuela y que en una palabra, significaba «puta».

RK: ¿Sentiste que también fue una experimentación el incorporar cosas nuevas a la melodía como ritmos electrónicos y sintetizadores?

Zahara: Lleva ya un tiempo que el productor y yo tenemos un grupo en el que ahondamos en la electrónica y ha sido un descubrimiento brutal ver los elementos que te pueden dar los sintetizadores o el uso de las máquinas como si fueran instrumentos. No había abierto los oídos a esa forma de música pero los desarrollé profundamente por mi amor a este tipo de ritmos y por el confinamiento.  Cuando empezamos a producirlas él usó los instrumentos que tiene en su casa y su ordenador, entonces todo lo que va creando es por un lado lo que tenía a su disposición. Si este disco es abrasivo y sus letras crudas, pensaba que la producción tenía que serlo también, se buscó la saturación, transmitir lo que yo decía en las letras a la música. 

 RK: Háblame de “Taylor” y cómo vino esa inspiración de Taylor Swift hacia ti

Zahara: Tenía amigos que siempre me la recomendaban y sentía que me estaba perdiendo algo con ella, y justo en el confinamiento vi su documental Miss Americana. En él, ella habla de las debilidades e inseguridades como artista, y verlo desde su perspectiva fue brutal porque hablaba de la necesidad que tenemos del amor de desconocidos y cómo ella ha lidiado con el machismo en la industria y me sentí identificada, y me di cuenta que durante muchos años no me quise pero pensaba que sí porque tenía el amor del público. La canción parte de esa reflexión y por eso es una de las tres mujeres a las que le dedico este disco, aparte de mi psicóloga y mi mejor amiga. 

RK: ¿Hubo algún momento en que te fuera difícil seguir hablando de todos esos temas o sentías que estabas completamente lista?

Zahara: Estaba lista, pensaba que ya no podía parar, tenía la sensación de que una vez que empecé a contar las cosas, siempre me estaba guardando algo más y me pasaba a la siguiente canción. Fue una búsqueda de ir cada vez más allá para ahondar y no reprimirme.

RK: Mencionaste que este disco será un legado para que tu hijo sepa quién eres, ¿cómo influyó tu parte de madre?

Zahara: Yo creo que habÍa veces que la gente me decía “oye pero ¿no te da cosa que tu hijo lo vaya a escuchar cuando sea mayor?, pero pienso que es positivo haber hecho este disco como algo que lo puede beneficiar y para que sepa que su madre sufrió en la infancia pero consiguió colocar eso públicamente como método de curación, y que el que haya tardado tantos años en hacerlo sólo me llevó a sufrir más. Si le pasa algo terrible quiero que me lo cuente, ya que esconder las cosas sólo genera trauma y no desaparecen, hay que ponerlas delante y aprender a vivir con ellas.

RK: ¿Qué representa la portada?

Zahara: Estaba buscando sintetizar todo lo que hay en el disco. Tengo una relación complicada con la religión y ella es un personaje más que intercede y forma parte de mis historias. Yo sufrí mucho debido a la religión y aunque fue maravillosa para mi familia, a mi me hacia sentir muy culpable porque cuando tenía 12 años y me pasaban todas esas cosas pensaba que “dios estaba permitiendolo”. En mis discos siempre hay una confrontación con la religión pero en este último en la portada quise mostrar lo que yo ya era y la contradicción de lo que es puro como una virgen pero con la cinta que dice “Puta”, es como “¿no llamarías puta a la virgen pero a mi si? ¿entonces qué lugar ocupo?”. Es para causar confusión e incomodidad.

RK: ¿Cómo ves tu futuro a partir de este disco que es un nuevo comienzo? ¿Habrá más que quieras decir?

Zahara: Tengo todas las posibilidades del mundo, porque lo que he vivido ya lo he contado todo y este disco me dio herramientas para seguir expresándome,. mis grandes traumas ya están contados y eso me libera de volver a ellos. Entonces ahora a lo mejor puedo contar historias de otras personas, como Taylor, que de repente sacó estos discos donde se convierte más en storytelling, tengo un mundo a mi disposición y eso me hace mucha ilusión.

RK: ¿Cómo ves tus anteriores discos ahora?

Zahara: Los veo con mucho amor, porque veo todo lo que había ahí y todo lo que ocultaba pero también veo la evolución y me encanta. Todos estamos formados por el pasado y cada disco ha sido un aprendizaje, viendo lo que he hecho solo puedo sentir curiosidad por saber que habrá en el futuro.

RK: ¿Qué esperas lograr con este álbum?

Zahara: No se porque hay una parte de mi que siente que cuando liberas un álbum ya no es responsabilidad tuya lo que pase con él, solo pienso en que igual que a mi me inspiró, si hay una mujer o niña que están sufriendo abusos o bullying, ojalá les inspire a contar su historia y sepan que lo importante es expresarse. Si algo puedo pedir es que sirva e inspire a hablar. 

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