Necesitas a David Byrne al menos, once in a lifetime

Fotos cortesía de OCESA/Lulú Urdapilleta 

Las últimas gotas de la lluvia vespertina caían afuera del Teatro Metropólitan, los revendedores estaban a full buscando clientes  y la merch con la imagen del «American Utopia Tour» junto algunas T-Shirts de los Talking Heads y ¿Sonic Youth?, estaban a la venta.

Adentro iniciaba la noche con el Mexican Institute of Sound, la cumbia y los ritmos tropicales se apoderaron del Metropólitan que aún seguía a la mitad de su capacidad. Mucho del Disco Popular sonó en este warm up, «Mi T-Shirt de la NASA» y «Dame un besito» fueron un total win, sin embargo es inevitable mencionar la verdadera razón por la que estábamos ahí: David Byrne

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El músico anunció a principios del año su tour mundial para promocionar su nuevo álbum y si las expectativas sobre este show eran altas, la realidad destrozó de una forma bellísima  todo lo que esperábamos y sobretodo, lanzó por la borda todos los elementos que componen una presentación «tradicional» -por decirlo de una forma-.

Byrne es una mente privilegiada que puede moverse entre distintas disciplinas y eso es lo que se ve reflejado en «su puesta en escena», cargada de una teatralidad tremenda, desde cómo concibió la construcción del espacio para narrar, tocar y sobre todo crear una atmósfera cálida para todos los asistentes.

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Here

Here is a region of abundant details, here is a region that is seldom used, here is a region that continues living,

even when the other sections are removed

A manera de prólogo -y advertencia- David Byrne inició su presentación con esta canción del American Utopia, una forma de darnos la bienvenida al espacio de sonidos, luces y movimientos que nos iban a hospedar durante un breve instante.

Le siguió «Lazy», para despertar poco a poco los sentidos y para sorpresa -que se repetiría durante la noche- sonaron unas canciones de los Talking Heads como «I Zimbra» y «Slippery People», esta última con una fuerte remembranza a Stop Making Sense, aquel film que nos dejó muy en claro desde hace años que Byrne nunca nos daría una presentación «tradicional».

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El escenario estuvo vivo todo el tiempo, no hubo ningún punto muerto, todos los elementos que lo componían te EXIGÍAN atención. Los músicos que acompañaron a Byrne en esta aventura estaban descalzos y poseían total libertad y autonomía de movimiento, pero  a lo que muchos pudieran pensar, este movimiento no era caótico sino que existía una pequeña coreografía que mantenía el equilibrio y armonía que por momentos se convertía en una compañía de danza contemporánea y en otros un desfile de Mardi Gras.

Las luces por su cuenta, fueron un regocijo. Aquellos que sean amantes de la imagen podrán entender lo emocionante que es ver algo bien iluminado y que a su vez las sombras sean bien utilizadas. Una lámpara y una coreografía bastó para hacer animaciones, dar volumen, color  y perspectiva al espacio . Los visuales y los «rashos láser» abstraídos a su mínima expresión de una forma extraordinaria -no hay otra palabra para describirlo y mientras lo escribo me emociono-.

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El momento más entrañable fue sin duda cuando escuchamos el combo-breaker de la noche «Everybody’s Coming to My House», rolita de su disco más reciente  que compuso junto a Brian Eno seguida de «This Must Be The Place» y «Once in a Lifetime». Este fue el punto sin retorno, este concierto va a quedar grabado en la memoria colectiva para siempre.

Si bien fue grato escuchar rolas de los Talking Heads también lo fue escuchar algunas de sus colaboraciones como «Toe Jam», canción que realizó junto a The BPA, que puso a todos a bailar «you don’t need an application if you move your feet».

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Like Humans Do

La noche iba hacia la recta final cuando sonó  este clásico que seguro todos conocen por que estuvo en nuestras PC’s como predeterminado en Windows Player -sí esto no lo recuerdas, quizá esté muy vieja- y que muchas veces nos salvó de la ausencia de música, de la ausencia de silencio y al mismo tiempo cuestionando la existencia

I work and I sleep and I dance and I’m dead
I’m eatin, I’m laughin and I’m lovin myself
I never watch tv except when I’m stoned
Like humans do.

«Blind» y «Burning Down The House» preparaban perfectamente la recta final: luces, movimiento, música y ritmo explotados a su máxima capacidad y reventando las cabezas de todos los asistentes. Si bien no sonó esta noche «Psycho Killer», la canción elegida para cerrar la noche fue un poderoso cover a «Hell You Talmbout» de Janelle Monaé and Wondaland Records, el colectivo de la cantante y actriz para visibilizar la violencia racial.

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Después de esta noche no queda duda de que -aunque suene cursi- todos los asistentes quedaron llenos de luz, emociones y respuestas que dejaron en claro que la espera vale la pena, que la mejor respuesta  a un ¿Por qué?, es una ¿Por qué no? y sobre todo que una de las razones para ser alegre como predica Byrne, es asistir algún día a uno de sus conciertos.

 

 

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