En la actualidad el rock es uno de los géneros musicales más populares y con más difusión dentro de nuestro país, aunque para ello tuvo que superar obstáculos como la censura, el concepto satanizado que la sociedad mexicana le impuso y conseguir espacios para poder sonar y difundirse. Finalmente se logró y tenemos al Festival Vive Latino como uno de los más grandes recordatorios de esa batalla ganada.

Dentro del rock mexicano existen bandas con bastantes años de trayectoria recorrida como Café Tacvba, Caifanes, Molotov, Porter y Zoé u otras que emergieron en la escena hace un par de años como Little Jesus, Reyno, Camilo VII, entre otras. Todas ellas reconocidas y destacadas en el género del rock en nuestro país y que afortunadamente han logrado llegar a otros países del continente americano.

Sin embargo, también existe un lado del rock en México que cada día, parece sumirse más en el olvido: El rock urbano. Este género musical surgió como un movimiento social en cual,  la clase obrera buscaba hacer sonar su voz a través de la música. Bajo un ambiente de represión que se vivía en los años 80, el rock urbano aparece para desafiar todas las reglas que se tenían en ese entonces, para sentir libertad la cual estaba muy escasa en esa época.

 

Fue así como comenzaron los primeros toquines clandestinos en varios puntos del Estado de México, con gente que vestía pantalones de mezclilla rotos, playeras negras con estampados de las bandas representantes del género como Rockdrigo González, El Tri, Heavy Nopal, El Haragán, Liran Roll y cabellos largos y desarreglados. Bandas que se conectaban y reflejaban en sus letras todo lo que la gente común tiene que enfrentarse día a día en esta jungla llamada ahora Ciudad de México, en la que la desigualdad, la delincuencia, el amor, las drogas, la prostitución y la falta de oportunidades son el pan de cada día.

 

Entonces, un género que te dice sin rodeos lo que es vivir en algún barrio de la ciudad de México, a lo que te tienes que enfrentar y lo que tienes que pasar para sobrevivir día a día. Un género que le abrió las puertas a los festivales y tocadas de música en México ¿Es realmente el hijo olvidado del rock?