El octavo disco que entregó la mítica banda de Alaska, Portugal. the Man, puede ser una gran cuartada llena de cosas inimaginables. Afortunadamente para esta agrupación, la perseverancia y la gratitud de haber podido viajar a su ciudad natal, para encontrarse después de tantos años y haber hallado el talón del ticket del padre del líder de la banda para el legendario festival Woodstock; dio como resultado sacar un disco más centrado y más cargado de personalidad misma.

Woodstock es una página más en la vida de Portugal. the Man, es algo más centrado que sus últimos discos anteriores. Para ellos, el festival resulta más que una pieza en la historia del rock, sino que es algo más revolucionario para la banda.  No hay relatividad. Hay secuencia. Como nos gusta.

Para suerte de algunos, el poder darle replay a este disco resultará agradable. Al inicio suena «Number One», un tanto despectivo y que nos da la intriga de que suena algo «diferente» -ay, ajá-, pero por fortuna cuando lo demás suena es más que otra brillantez en la perspectiva sonora que nos dan estos ni tan chicos de Alaska.

«Rich Friends», «Easy Tiger», «Feel It Still» son de esas canciones que al sonar en tu mente, se adhieren de la manera más factible y saludable, sin dañar aquello de lo que sabias que eran Portugal. the Man, haciendo que este disco sea digerible y que te deje un buen sabor en tu paladar. Las demás juegan un papel único que al sonar por primera vez te quedas con el lyric y deseas repetirlo. Eso es algo que no sucede en primera escucha de un disco nuevo.

Lo que puedo dar de forma objetiva, es que el hecho de haber sacado 7 discos en menos de 10 años (2006 – 2010) es algo de lo que se puede aplaudir, haciendo que el tiempo de 4 años que hay entre el Evil Friends y el Woodstock sea un álbum completamente diferente, pero fue gracias a la banda en que decidieron en tomarse su tiempo para hacer este disco.

¿Valió la pena la espera? El proceso de escritura, de grabación y de cotorreo es el resultado final de que sí, vale la pena. Lentitud. Gratitud. Armonía. Tiempos mejores.

Woodstock puede ser una nueva página para estos chicos, pero es indiscutiblemente todavía una parte del mismo libro. La banda continúa expandiéndose y haciendo cosas gratificantes, y en el caso de Woodstock , que vale la pena repetir.

¿Quieres escucharlo? Dátelo. 😉