Fotografías: Edwin López
Con el corazón en la mano, AURORA nos brindó un inolvidable concierto debut en nuestro país, frente a un Plaza Condesa sold out gracias a todos los fans que la esperaban desde su primer álbum. La noruega se caracteriza por haber demostrado un talento irreal desde que era muy joven: una voz en extremo dulce, con alcances únicos que la hacen destacarse del resto de las mujeres más importantes en la industria musical hoy en día.
A las tres de la tarde, la fila para la sección general ya daba la vuelta a la avenida y a la hora de entrar todos pelearon por el mejor lugar, aunque la ventaja de El Plaza es que se ve bien desde cualquier parte. Con una escenografía sencilla, que tenía colgadas unas telas en forma de medusa y un círculo al fondo del escenario, a las 8:20 p.m. salió al escenario Silja Sol, tecladista y corista de AURORA, a presentar su música solista como telonera. Con tan sólo 20 minutos de show hizo sentir a los asistentes en un ambiente muy familiar debido a que su voz se parece mucho en alcance a la de Aksnes.
Puntual a las nueve de la noche, salió al escenario AURORA e inició su set con «Churchyard», de su más reciente LP Infections Of A Different Kind, ante una audiencia enloquecida mientras las medusas se pintaban de colores. Con «Warrior» y «Home», de su primer disco, nos adentró en un mundo de fantasía donde ella era la protagonista bailando entre los colores, moviéndose de un lado a otro en el escenario y haciendo delicadas danzas que parecían de expresión corporal.
Fue al final de «Soft Universe» que se animó a hablar y dio las gracias entre luces rojas y, con una voz apenas perceptible, anunció la melancólica «Muder Song», que a la par de «It Happened Quiet» fueron las canciones más silenciosas pero también las más mágicas del show. Tanto así, que podíamos escuchar funcionar la ventilación. Al final AURORA expresó que nosotros le dábamos una sensación hermosa como público.
A pocos días del lanzamiento de la segunda parte de su LP llamada A Different Kind Of Human, nos deleitó con los nuevos tracks «The Seed», «Animal» y «The River», en los que habla de cómo la humanidad trata de hacer conciencia sobre el medio ambiente y el calentamiento global, al expresar cosas como «no podemos comernos el dinero» y que necesitamos viva a la naturaleza para seguir adelante.
Para la última parte del concierto cantó las enérgicas «Running With The Wolves» y «Forgotten Love», tiempo en que interactuó mucho con la audiencia, y se despidió con «Queendom», una canción, dijo, nos representaba a todos nosotros y que era su muestra de apoyo y agradecimiento para los fans.
A pesar de haber sido un set corto, AURORA demostró el gran poder y potencial que ha alcanzado escénicamente en los últimos años, así como el de su gran corazón, que no deja fuera a ninguna persona y cumple las expectativas de todo. Un reino mágico en la vida real.
