Hace ocho años, Love of Lesbian hizo la profecía más importante del último siglo sin darse cuenta:
“Y del Oriente vino una serpiente / Que mordió al gran Occidente / Y se quedó muy enfermito”.
Para miles de sus seguidores, la frase de su canción «Víctimas del porno» es una metáfora de la pandemia de covid-19 que paralizó todo el mundo en 2020.
Para Santi Balmes, vocalista de Love of lesbian, es un mal chiste que se hizo realidad porque significó un antes y un después para la humanidad. Además, el sector musical fue una de las industrias más golpeadas al ser el primero en parar y el último en reactivarse.
Pero, del mismo modo que Love of Lesbian vaticinó la pandemia, la banda originaria de Barcelona iluminó el camino para sacar adelante la música en vivo sin poner en riesgo al público.
En marzo de 2021, la agrupación catalana desplegó a un grupo de epidemiólogos y médicos para establecer un cerco sanitario en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Con más de seis mil pruebas covid, mascarillas y filtros sanitarios, la agrupación cometió la locura más grande del año al concentrar a cinco mil personas sin sana distancia en plena pandemia.
Para Santi Balmes, este pudo ser el final de la banda.
“Había mucho temor. Estábamos a 15 días de sacar de sacar el disco (Viaje Épico Hacia la Nada) y si salía mal podía ser la peor maniobra de marketing en la historia de la música. El final de todo”.
A año y medio de ese show, Santi acepta con humildad haber establecido los parámetros globales para regresar a los escenarios.
“Nosotros fuimos la punta del iceberg, pero debajo había una serie de organizadores y profesionales de la salud que estuvieran asesorándonos para que no hubiera ni el más mínimo riesgo de contagio. Se trató de un ejercicio de vencer el miedo y creo que lo logramos”.
El músico acostumbrado a la adversidad
Después de dos años complejos, Santi afirma que si alguien estaba preparado para una catástrofe como fue la pandemia eran ellos y todos los músicos.
Desde su perspectiva, el músico siempre ha estado en desventaja en toda la industria, pero al mismo tiempo estos obstáculos los impulsan a hacer más creativos y cómo dice su canción “ser seres únicos”.
“Si había gente preparada éramos nosotros porque siempre hemos sido los grandes engañados de toda la industria musical. Hasta cierto punto, teníamos varias heridas en la epidermis y esta sería otra más”.
Santi, Jordi, Julián y Oriol coinciden en algo después de la pandemia hay que disfrutar el presente.
Aunque no son optimistas con el futuro global, consideran que todos son más fuertes para sobrellevar lo que venga.
“Hemos aprendido a navegar en este cinturón de asteroides que nos hemos encontrado”.
Descentralizar la música en México
Con los conciertos y festivales de regreso, Love of Lesbian volvió a México con una gira por tres estados del país con llenos totales.
Pese a la popularidad de la banda en el país, Santi Balmes no oculta su sorpresa por el recibimiento del público mexicano en las distintas ciudades donde acude a tocar. Además, reconoce que tienen invitaciones para que vayan a nuevos lugares.
Esta apertura les genera emoción, pues es una forma de descentralizar la música de los principales foros en México. Aunque le gustaría llenar un Estadio Azteca.
“Nos están llegando últimamente invitaciones de ‘vengan a Veracruz, Acapulco, Cancún, Tijuana’ a sitios donde aún no hemos estado. Este crecimiento equilibrado en México es lo que más nos gustaría y obviamente terminar en el Estadio Azteca”.
¿Love of Lesbian en el Zócalo?
Los integrantes de Love Of Lesbian son amantes del centro histórico de la Ciudad de México y su comida.
Julián Saldarriaga asegura que hay ocasiones que con cada visita se sienten menos extranjeros en la capital.
“Somos un grupo de Barcelona que tenemos la suerte de decir que ya tenemos la suerte de conocer a los reporteros, las calles. No nos sentimos turistas. Ni ajenos a lo que es el ruido, el tráfico o la comida”.
Sin embargo, no les gustaría tocar en el Zócalo de la Ciudad de México. Santi Balmes es claro Love of Lesbian es una banda que le gusta la intimidad con su público y tocar en espacios tan masivos hace que pierda esa conexión.
Aunque reconoce la importancia simbólica e histórica que eso representaría.
“Tendría ese componente histórico, legendario que sería tocar en la plaza del Zócalo, pero no me emocionaría especialmente por la cantidad de gente. Nosotros donde más disfrutamos es en aforos, no íntimos, pero no frente a una muchedumbre que te obliga a ser demasiado histriónico y exagerar todo. A tal grado que una de nuestras bases que es la intimidad se pierde”.
A manera de broma, los integrantes de Love of lesbian aseguran que ya no juegan con el futuro en sus canciones y ponen más atención a lo que escriben porque temen que puedan atinarle a una nueva profecía.
Sin embargo, les gusta pensar que su música tiene esa cosa llamada magia que la humanidad no comprende, pero que siempre sorprende.
