Fotos: Ximena Vargas

Existen varios motivos para obsequiar rosas, son una demostración de afecto temporal, es belleza agónica, puede ser una persona, un te amo, el desinterés de ofrecer un obsequio o querer compartir la belleza de la naturaleza. Apenas es mediado de abril y las flores en el Auditorio Nacional comenzaron a brotar.

Mon Laferte entre cortinas rojas y alfombras carmesí surge de entre aquellos sonrojados colores, un vestido de encaje color rosa, guantes largos y afelpados, su melena arriba del hombro y sus labios rojos despiden las primeras composiciones de la noche.

Mi amor fue sincero

Te quise de verdad

A pesar de tu silencio

Te quise más

Un beso en el metro

Fue todo tan violento

A veces tan frenético

Me desespero

La artista chilena en su segunda noche de presentación tiene el recinto agotado, todos de pie coreando cada una de las letras de cada canción. Un trombón, un saxofón así como como acordeones acompañan a la autora de «Ronroneo» y «Caderas blancas» en un concierto con altibajos emocionales.

Mientras unos bailan con canciones como «Cumbia para olvidar», «Porque me fui a enamorar de ti» y «El mambo» otras personas con voces desgarrantes acompañaban a Mon Laferte con melodías como «Si tú me quisieras», «Amor completo» y una de las más ovacionadas «Funeral».

Llueven rosas que la artista avienta al público, mientras suena la canción «El beso», no cabe duda que la euforia de sus seguidores interrumpe su interpretación, entre silencios el público grita y Mon Laferte sonreía esporádica e inocentemente durante toda la noche.

En esta velada no faltaron lágrimas de la artista mientras cantaba «El cristal» y se hicieron notar aún más cuando invitó a Natalia Lafourcade a acompañarla al escenario para interpretar «La trenza», canción que escribió y dedicó a su abuela:

Debes ser libre

Salirte de esta mierda

No haga caso en lo que dicen

No quieren que florezca

Y mientras tejo tu trenza

Imagino cuando crezcas

Verás como vas a brotar

Serás la flor más bella.

Todas las flores mientras tengan raíces permanecerán vivas y no sólo serán lucirán bellas si no esparcirán su encanto, dedicadas a quien sea, obsequiarlas será regalar un poco de vida, así es como Mon Laferte en su concierto en el auditorio obsequio flores, no sólo físicas si no metafóricas al escucharlas  y corearlas por sus fans.