Platicamos con Sofía Mayorga Enríquez, más conocida como Sofi Mayen, cantante, compositora y poetisa zacatecana. Este año retoma su carrera solista después de 9 años de ser la vocalista de la súper banda Gran Sur, conformada por Iñaki y Cha! (Fobia) y Elohim Corona (Moderatto). Y para ello, prepara el lanzamiento de su siguiente álbum que lleva por nombre Normal.
Primero que nada cuéntanos del nuevo disco en el que estás trabajando. Ya sacaste dos sencillos, «Ahora que no estás» y «Nunca seremos nada». ¿Se incluirán en tu siguiente trabajo?
Sí. «Nunca seremos nada» es el segundo sencillo de esta nueva etapa que se llama Normal. Es un disco en el que voy contando una historia canción tras canción. Es como un librito, en donde cada canción forma parte de un capítulo, termina una canción empieza un nuevo capítulo. El primer sencillo, con el cual regreso en mi carrera personal fue «Ahora que no estás». Y este segundo sencillo es el segundo capítulo. Y así me voy a ir sucesivamente mes tras mes hasta llegar a agosto y sacar al final ya el disco completo.
¿Y cuántos capítulos va a tener esta historia-disco?
Son 10 tracks y un bonus.
Por los nombres de las canciones, suena algo romántico pero también medio caótico.
Eh, no te vayas con esa pinta. Más bien narra las distintas etapas de una relación. Es la primera vez que me atrevo a contar algo tan personal. Y es un disco que surge en medio de una pandemia. Entonces también fue medio catártico, muy emocional, pero también muy divertido.
¿Y qué etapa le corresponde a «Nunca seremos nada»?
Habla sobre el ghosting, pero visto desde un punto de vista muy divertido, desde pues ya me «ghosteo», pues le voy a sacar provecho, me la voy a pasar bien y ya, muchas gracias por participar. Es más bien una forma distinta de ver el ghosting y no tirarse al suelo por eso.
Entonces, es la historia de una relación.
La historia, cuenta ahora sí que, valga la redundancia, la historia de 2 chicas que se conocen, se enamoran y les pasan un montón de cosas en el intermedio, pasan por las distintas etapas de una relación, lo bueno, lo malo, lo que no se dice, lo que no se ve y lo que se ve, lo «normal».
Ahora que hablas de esto, ¿cómo te atraviesa a ti este concepto de lo «normal»?
Yo soy de Zacatecas y es una ciudad muy chiquita y vengo de una familia súper súper católica, donde las preferencias sexuales, la religión y la política es un tema muy complicado de tocar. Entonces yo tenía mucho miedo. Me acuerdo de cuando le dije a mi mamá de mis preferencias sexuales, a pesar de que era mi mamá, no sabía cómo lo iba a tomar. Entonces, poder ahorita hablarlo con tanta libertad me hace sentirme «normal» porque llegó un momento de mi vida, donde yo era un adolescente que se sentía un pez fuera del agua.
¿Y cómo fue tu proceso de composición?
Fue como de me voy a encerrar con Manu, mi productor y va a sonar como yo quiero que suene. Lo que yo quiero decir y como yo quiero llevarlo. Eso me trae infinita satisfacción porque es un disco que me llena en total plenitud y suena justo como lo imaginé. Entonces estoy muy contenta de haberlo logrado.
Órale, digamos que es el disco que tú siempre quisiste.
Totalmente. Desde la canción número 1 hasta la canción número 11, que es el bonus.
Me imagino que por eso tomó su tiempo para salir, 5 años aproximadamente.
Dejé en pausa mi proyecto personal porque la verdad, pasé por un período donde terminé muy desilusionada de la música y cuando yo me iba a alejar de la música fue que llega Cha!, de Gran Sur y me dice, no Sofi, quédate. ¿A qué te regresas a Zacatecas? Vamos a hacer una banda. Gracias a la banda fue que me quedo en la música y fue que empezó a regresar un poquito de confianza y de tenerle otra vez fe a la industria. Y ahí fue cuando empecé a a crear con ellos y empecé a aprender una forma distinta de trabajar que es en equipo.
Oye ¿y qué fue lo que te desilusionó de la música?
Me desilusionó mucho el ver cómo la industria puede ser tan fría con una artista. Para ellos podemos ser números, y para nosotros es nuestra vida. O sea, nosotros vivimos de las canciones, vivimos del público, vivimos de sentimientos, de emociones. Y para ellos es tan fácil meterte a un congelador y decirte, aguántame 2 años. ¿Y qué voy a hacer en 2 años? ¿De qué voy a vivir?
¿Y en qué momento es que decidiste retomar tu proyecto personal?
Tomé la decisión de regresar a mi proyecto personal el año pasado, pero con Manu, que es actualmente el productor de Mon Laferte y de Sabino. Anteriormente era mi director musical y somos muy amigos. Entonces conforme fue pasando el tiempo humano me decía, ¡Sofi!, tienes que regresar a la música que tus canciones están buenas. Yo mientras seguía escribiendo para otros artistas, y para Gran Sur.
Yéndonos un poquito más atrás, ¿por qué decidiste mudarte a la Ciudad de México?
Porque Zacatecas es un Estado que vive del turismo. La Ciudad de México tiene todo lo que se necesita en artes, en música, en arquitectura. Tiene todo la Ciudad de México, la verdad es una gran ciudad para desarrollarse personalmente. Desde los 15 años estuve mandándole canciones a un productor, a los 19 me vine.
¿Y en dónde estudiaste música o dónde aprendiste a cantar?
Mi mamá es soprano y, desde los 8 años fue la que me enseñó a cantar. Era de «Sofía, no cantes con la nariz». Me acuerdo que me ponía a inflar un globo como loca y me ponía a vocalizar con ella porque era concertista. Después es una historia muy divertida porque mi papá era minero y mi mamá se la pasaba de tour, no sé, a Barcelona a dar conciertos, pero nada más le pagaban con viáticos, no les daban sueldo. Entonces, mis papás se la empezaron a ver complicada en dinero y fue cuando crearon un grupo versátil, y tocaban todas las de Alejandro Fernández. Mi papá era como el manager de mi mamá. El grupo se llamó Bracho, y luego cambió de integrantes. Y luego el guitarrista le debía dinero a mi papá y fue el que me terminó enseñando guitarra y con eso le pagó el dinero a mi papá.
Y ahora, ya en tu formación individual, aquí en la Ciudad de México, ¿que tipo de música dijiste, «a mí me gustaría hacer música así»?
Cuando llegué a Ciudad de México me acuerdo que estaba escuchando mucha música de Natalia Lafourcade. También estaba Garbage durísimo. En mi casa fue mucho de música latina, entonces siempre fue de Juan Luis Guerra, Fito Páez, como todos ellos, y no era que yo quisiera hacer como ellos, sino que yo quería ser ellos, era de no quiero copiarles, sino que yo quiero que me vean como un igual a ellos.
Ya por último, ¿qué le dirías a los artistas que han sufrido como tú con la industria musical?
Yo creo que la la industria es complicada, pero son más grandes los sueños que uno tiene como persona. Lo importante es nunca dejar de creer en uno. Eso es lo que nos va a llevar a a lograr grandes cosas.