Fotografías: Emilio Sandoval
Dos años en gira, decenas de conciertos alrededor del globo, llenos totales, una selección perfecta de canciones y en cada una de estas presentaciones Enrique Bunbury y Los Santos Inocentes han dado todo, nunca desganados, nunca cansados, siempre desfrutando con su público.
Como si se tratara de una pelea de box el «EX-Tour» se ha dividido por partes que el español ha llamado <<rounds>> y en esta quinta etapa México vuelve a ser sede y testigo de increíbles noches. En esta gira, México fue contemplado en un total de 22 ocasiones algo que no se había visto antes en la carrera del zaragozano y que es probable que no vuelva a ocurrir en un futuro.
La noche del 15 de octubre fue una de esas noches y el Auditorio Nacional fue el recinto que la albergó y nada mejor para disfrutarla. Puntuales a las cita los españoles saltaron al escenario para entregarse una vez más a un Coloso de Reforma completamente lleno.
La primera de dos noches comenzó y el estruendo de la gente era realmente ensordecedor, los gritos de fans hacían retumbar el lugar e incluso lastimaban los oídos de tan altos decibeles que provocaba la salida de la banda intensidad que creció cuando Bunbury se dejaba ver, tan imponente como siempre y eso solo sería el principio.
«Supongo», en su versión intro instrumental daba inicio al concierto seguido de «La Ceremonia De La Confusión» «Actitud Correcta» «Bandeja De Plata» «Cuna De Caín» y «Parecemos Tontos» presentando así, una vez más, el disco que le da razón a la gira, el material más reciente de la banda: Expectativas.
Con un juego de luces de primer nivel y que siempre ha sido un plus en las presentaciones en vivo de Bunbury, quien cuida hasta el más mínimo detalle para que todos los presentes se lleven una experiencia inolvidable, lo cual funciona en todos los casos.
«Venimos a presentarles canciones del nuevo álbum y también nos gustaría voltear un poco al pasado y hemos preparado una selección de canciones donde incluimos algunas de tiempos pasados»
Así avisaba sobre lo que venía y al momento siguiente acordes que extrañaron a algunos que no lograban adivinar que tema seguía hasta que «El Mar No Cesa» se hizo presente con una versión muy distinta que encantó a todos. A ésta le siguió «El Azuelo» y una de las favoritas «El Rescate» que fue de las que más corearon en el recinto.
Tras un par de tragos de agua se despojaba de su elegante saco, provocando una ola de gritos que le provocaron una sonrisa genuina y de sorpresa. «Despierta» continuaba el show seguida de «El Hombre Delgado Que No Flaqueara Jamás» calentando motores a toda velocidad para lo que venía.
«Muy Poca Gente» fue el preámbulo perfecto antes de «Héroe de Leyenda» que siguió después de una frase que provocó risas y altas expectativas
«Vamos a tocar un tema de tiempos prehistóricos»
La banda y su público estaban en perfecta sintonía pero Enrique detectó un problema:
«Que conste en actas para el señor dueño del Auditorio que a mí no me gusta esta configuración»
Refiriéndose claramente a la distinción que se hizo entre los que pagaron un boleto VIP y los que estaban en las primeras filas de preferente.
«Estamos todos muy lejos, déjenlos pasar»
En ese momento una horda de fans invadieron el área VIP logrando así estar más cerca de su ídolo. Una pena por los que pagaron el precio del VIP. Bunbury dejó muy claro su desacuerdo y logró congregar a un mayor número de seguidores frente al escenario.
Después de la invasión y estando en el punto más alto de la noche sonaba «Que Tengas Suertecita» «Mas Alto Que Nosotros Solo El Cielo» «Mar Adentro» y «De Todo El Mundo» seguido de estos temas venía la clásica presentación de la banda donde cada uno fue recibido entre aplausos y gritos.
Llegaba un tema más de Héroes Del Silencio, esta vez «Maldito Duende» entraba triunfante con un Enrique lleno de adrenalina que en un arranque de euforia se subía al equipo de audio de lado derecho del escenario para poder estar más cerca de sus seguidores que lo vitoreaban en el palco. Con la finta tradicional de despedida la banda se retiraba para entrar de nuevo un par de minutos después.
«No se vayan que aún hay más(…) abrimos las puertas del cabaret de par en par»
Con una tonalidad en rojo intenso el cabaret se hacía presente con «De Mayor» «El Extranjero» «Infinito» y «Sí» un pókar de canciones que siempre fascinan a los asistentes.
La noche estaba terminando y las revoluciones iban disminuyendo a ritmo casi de balada sonaba «Lady Blue» la tonalidad cambiaba a un azul relajante, la gente se mecía de un lado a otro mientras veía a cada uno de Los Santos Inocentes dejar el escenario.
«Una más y no jodemos más(…) apaguemos las luces del escenario y quier saber si ustedes pueden regalarnos algo de su luz.»
Así el Auditorio se convertía en un espectacular cielo estrellado, escenario perfecto para «La Constante» la cereza del pastel para esta noche perfecta.
Así terminaba la primera de dos noches en el Coloso de Reforma donde una vez más Enrique Bunbury y Los Santos Inocentes conquistaban al público capitalino como lo han hecho cada una de las veces que pisan tierras Aztecas.
«Nunca nos olviden que nosotros nunca los olvidaremos»
