Fotografía : Carlos Sain
Imagina que te subes a un avión, te pones tus audífonos y decides escuchar de principio a fin un disco que tú mismo produjiste. Termina y en lugar de pasarlo por alto, te echas los dos anteriores. Y no por nostalgia, sino porque todos siguen sonando como tú quieres sonar. Así de sólido es el presente de Clubz, el dúo regio que no solo ha sobrevivido a las olas del indie latino, sino que ha crecido con ellas y ahora navega en su propia frecuencia: una frecuencia llamada Radio Kono, su tercer álbum de estudio.
Coco y Orlando —la dupla detrás del proyecto— nos recibieron para una charla maratónica, en la que quedó claro que Clubz está en su etapa más creativa, experimental y, sobre todo, libre. Desde sus inicios más new wave y melódicos, hasta llegar a este punto de mezcla técnica, emocional y colaborativa, Clubz ha hecho del estudio su laboratorio y del pop su idioma personal. Aquí un viaje por esa evolución, contado por ellos mismos.
Revista Kuadro: Primero que nada, muchas gracias por su tiempo. Ya saben que somos un medio independiente, así que nos emociona poder platicar con ustedes sobre este tercer disco, Radio Kono. ¿Cómo fue para ustedes crear música en esta nueva etapa, después de tantos años de evolución y con un público que también ha cambiado?
Coco: Justo eso, ha sido bien bonito ver cómo los escuchas han crecido con nosotros. Desde el principio empezamos con algo más indie, más new wave, como influenciados por New Order, Captured Tracks, My Bloody Valentine… Luego brincamos al pop y al R&B, cuando estábamos clavados con Blood Orange, Kindness, The Weeknd, Prince. Todo eso nos llevó a hacer Destellos, que fue ya más funk, disco, con esa mezcla medio Quincy Jones meets Boy Band.
Destellos fue el primero que hicimos 100% nosotros, sin meternos a un estudio tradicional. Ahí fue cuando dijimos “vamos a hacer esto en nuestras compus, en nuestras casas, como se pueda”. Fuimos a Los Ángeles, al estudio de amigos, a casas ajenas, y luego lo terminamos en el sótano de Orlando. Ahí fue cuando dijimos: “nadie está dando con lo que queremos sonar… mejor lo hacemos nosotros”.
Revista Kuadro: ¿Y qué cambió entre ese proceso y lo que hicieron ahora con Radio Kono?
Coco: Muchísimo. El Radio Kono es una consecuencia de ese aprendizaje. Ya teníamos el control de la producción, de la mezcla, de los sonidos. Esta vez fue como: “a ver, ya sabemos qué queremos y cómo lograrlo, pero ahora vamos a hacer un disco de nivel internacional”. Literal, trajimos a los mejores amigos y músicos que conocemos.
Orlando: Sí, fue curaduría. Gente como Alejandro Chapa en el bajo, Paco Lazo, Víctor Mejía en sax, Gigi Salort en batería (que toca con Manuel), Favo Ramones en orquesta… Todo mundo tenía algo especial que aportar. Por ejemplo, Cinema Terror empezó en el estudio de Favo, que está lleno de máscaras tipo terror gótico, muy metal. Fue rarísimo y mágico.
Revista Kuadro: Parece casi como una película, como un documental musical…
Coco: ¡Total! De hecho lo comparábamos con el documental de Aja de Steely Dan, donde traían músicos a probar solos y luego cambiaban todo. Nosotros hicimos algo similar. Grabamos, dejamos reposar, y luego rearmamos cada cosa: “este bajo no, este sí, esta pisada está mejor acá”. Reinterpretamos nuestras propias grabaciones. Cada sílaba de las voces, cada beat, cada nota está pensada y editada. Fue tardado, pero valió la pena.
Revista Kuadro: ¿Cómo influye eso en su identidad como banda? ¿Se sienten hoy más libres o más exigentes?
Orlando: Las dos. Nos sentimos muy seguros de lo que hacemos, pero también más exigentes que nunca. Ya no queremos sonar “más o menos”. Queríamos que Radio Kono sonara a Clubz, pero también a algo nuevo, algo que se pueda escuchar aquí y en cualquier parte del mundo y diga: “¡esto suena cabrón!”.
Coco: No se trata de tener un productor estrella y que él diga qué hacer. Es saber a quién invitar para qué cosa. Slim nos ayudó en melodías vocales, Your Boy con las frecuencias… Kidzy loquísimo, destruyó y reconstruyó canciones enteras. Cada quien aportó desde su talento, y todo bajo nuestra dirección.
Revista Kuadro: ¿Dirían que están en su mejor momento creativo?
Coco: Sí, y eso se refleja en cómo vivimos también. Todo lo que consumimos es música de calidad. Vemos documentales, estudiamos mezclas, analizamos progresiones armónicas. Es obsesión. Y eso se siente en el disco. Es nuestro Aja, pero más millennial, más emocional, más desierto mexicano.
Revista Kuadro: Y cuando por fin lo escucharon completo… ¿qué sintieron?
Orlando: Un alivio. Coco me pasaba canciones y yo ya no sabía qué había cambiado, pero sí sabía que sonaba mejor. Sonaba a nosotros. Eso es lo más chido: escuchar el resultado y saber que todo está hecho bajo nuestra cabeza.
Revista Kuadro: ¿Qué sigue ahora para Clubz? ¿Más experimentación? ¿Más libertad?
Coco: Hicimos lo que quisimos, y eso es lo que vamos a seguir haciendo. Producimos para otros, seguimos aprendiendo, pero Clubz es nuestro laboratorio. Radio Kono fue la consolidación de eso: libertad total, pero con disciplina y criterio. Ahora que ya dominamos este sonido, pues a ver qué locura sigue.
Orlando: Igual y nos vamos al Amazonas a grabar entre monos y reverberaciones naturales, uno nunca sabe.
Después de casi una hora de conversación intensa, entre anécdotas, carcajadas y confesiones técnicas, queda claro que CLUBZ no solo está en su mejor momento creativo, sino también en uno profundamente personal. Radio Kono no es solo un disco más: es el resultado de años de evolución, de aprendizaje, de rodearse de la gente correcta y de no tener miedo a equivocarse para lograr algo propio, honesto y de calidad mundial.
En tiempos donde la inmediatez domina, CLUBZ decidió frenar, meterse en su mundo, y pulir hasta el último beat. Y el resultado es un álbum que se siente íntimo y a la vez expansivo, pop y progresivo, futurista y nostálgico. Un testimonio sonoro de quiénes son hoy Coco y Orlando, y de todo lo que han aprendido en el camino.
Y si este disco es, como ellos dicen, su Aja personal, entonces nos dejan con una certeza: CLUBZ no solo está haciendo música para las pistas de baile o los viajes en carretera, está construyendo legado.
